La primera parte de la película San Juan Pablo II (2005) se enfoca en la juventud de Karol Wojtyła, interpretado por Cary Elwes, y su vida en Polonia durante la ocupación nazi y los inicios del régimen comunista. Se muestra cómo la pérdida de su familia, el cierre de universidades, la clandestinidad cultural y la represión marcaron profundamente su vocación y lo impulsaron a seguir el camino del sacerdocio en secreto. La película retrata con fuerza su amor por el teatro, su fe inquebrantable y su compromiso con la dignidad humana frente a la tiranía.

Durante el rodaje, muchas escenas de esta primera parte se filmaron en lugares reales de Cracovia, lo que aporta una autenticidad visual notable. Además, el guion fue elaborado con cuidado para mantenerse fiel a los hechos históricos y espirituales que marcaron la juventud de Wojtyła. Esta parte se distingue por su tono íntimo y reflexivo, mostrando a Karol como un joven profundamente sensible, valiente y consciente de la necesidad de esperanza en medio del sufrimiento colectivo.